Autocontrol Emocional

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Image by Gerd Altmann from Pixabay

Saber estar, saber aprovechar el momento vivido, evitar discusiones sin sentido, tomar decisiones acertadas, conservar amistades, mantener el diálogo con la pareja, no desmoronarse, conseguir objetivos, no caer en adicciones, mantener una adecuada relación de pareja, son algunos de los ejemplos que nos viene a la cabeza entre un largo elenco, que directamente dependen del autocontrol emocional personal.

Cuanto mayor sea ese autocontrol  tanto mayor será nuestro “yo”. Lo cual indica que el criterio básico de mantenerse dentro de lo racional frente a lo emocional será fuente de bienestar donde y cuando se quiera. Es una tarea ardua y de largo recorrido que algunas personas no tiene o no alcanzarán jamás. Sin embrago es deseable, esperable para los tiempos que corren para evitar el ostracismo y la falta de salud mental.

Emociones Positivas

Quizás con las emociones más positivas evitemos muchos disgustos a nuestro yo, a nuestros congéneres y familias más cercanas. Aunque la euforia podría ser uno de los motivos más frecuentemente comentados como fuente de consumo de sustancias. NO obstante son las emociones más negativas las que consiguen con harta frecuencia devastar la salud personal y relacional de las personas. Dicho sea de paso las situaciones emocionalmente negativas que perduran en el tiempo son fuente principal de muchos altercados pero también del consumo de sustancias o uso indiscriminado del juego patológico.

Estas emociones absorben el mundo consciente del individuo sin darle tregua a poder tener o entender que existe otra realidad.  Depresiones, fobias, compulsiones, desadaptaciones….

Algunos autores plantean no sin razón que tener objetivos, metas y motivaciones en distintos ámbitos de la vida hace que las personas se centren en ellos y con esfuerzo se mantengan en el terreno del autocontrol, al menos por conseguir o para conseguir sus metas.

Inteligencia Emocional

En la inteligencia Emocional recordemos que era importante el conocimiento de nosotros mismos, el reconocimiento de los demás, la capacidad de establecer relaciones y el autocontrol emocional como criterio básico de comportamiento racional. Aunque siempre habrá quien opine que para que ser racional o tan cuidadoso con los demás. Todas las críticas son posibles pero como todo en la vida. Pero solo hemos de pensar  cómo queremos vivir.

Es preferible dejarse llevar por el momento según lo que pida el cuerpo, es decir las emociones (solo justificable por hedonismo a ultranza) o es preferible y al contrario disfrutar de ese momento, o posponerlo, por razones varias. Más en la línea de saber ser práctico. Es  decir eficiente y acertado. Me imagino que en la vida de todas las personas debería de haber un equilibrio a esta incertidumbre. En el primer caso esa incertidumbre se reduce en el minuto uno a dejarse llevar por la situación, pero a largo plazo las consecuencias de los actos pasaran factura. En el segundo supuesto quizás la espera o el buscar el momento pueda incrementar la inseguridad o el miedo o la insatisfacción de la espera pero los resultados suelen ser más acertados y enriquecedores. Cada uno decide.

El autocontrol

En este sentido la Inteligencia emocional o más concretamente el autocontrol traza la línea maestra del bienestar. La constancia favorece el temple y el equilibrio emocional.

El valor de la recompensa es esencial para el autocontrol. A quien todo le vale todo lo hace sin pensar. A quien le interesa algo lo piensa y procura buscarlo, su recompensa será el logro de su éxito. Para los primeros o eso no les interesa por el esfuerzo que les supone, o porque no han aprendido que la espera y el esfuerzo produce consecuencias positivas en su vida por los logros estables y no perecederos, los esfuerzos no serán baldíos.

La inmediatez

Hoy se premia apela a este pensamiento pero se promueve el contrario, donde la inmediatez, es el criterio de éxito eficacia y donde la demora no encaja por  que otro u otra te quitará ese logro inmediato, útil, poco motivante y así las personas se enrolan en un devenir sin fin para conseguir el grial de la eterna juventud. Como bandera de vida está la adolescencia. Ejemplo de desequilibrio y caos donde todo está por probar, donde todo tiene que ser ya y donde pocas cosas son recompensantes. En este pensamiento estamos cayendo.

El ejemplo al uso es el del crio frente a un pastelito, si espera a que regresemos te damos dos si no te puedes comer este que ahí tienes. Todos nos vemos reflejados es esta situación .La personas y por ende nuestra actual sociedad tiende a comerse el pastelito sin pensar que puede haber dos con solo esperar dos minutos.  Sin embargo se espera que practiques la espera como criterio esencial. Cuando acabes los estudios, cuando tengas tu trabajo, cuando tengas pareja,…todo cuando mañana como muy pronto. Esto es una gran incoherencia social que afecta a las personas.

Demorar los impulsos se convierte en eje de las vidas de las personas que disfrutan de las cosas bien hechas o que al menos lo intentan.” Piano piano se llega lontano”.

Saber pararse, saber pensar y saber decidir son posibles gracias al manejo de nuestras emociones, las cuales por propia concepción  del término suelen tender a ser cambiantes y moverse. El ascetismo en su justa medida es importante.

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