
Inteligencias múltiples
Se ha integrado tanto en el día a día la idea de las inteligencias múltiples y el concepto de inteligencia emocional, que finalmente se diluye en el más absoluto olvido.
Quizás debido en parte al mal uso o al abuso de los conceptos que se les estira y trasgiversa queriendo dar soluciones casi mágicas a problemas mayores, en los que derivan conceptos básicos como autoestima, autoconcepto o autoimagen.
Conceptos en si mismos de dominio enteramente psicológico con apariencia mental. Y grandes repercusiones en el desarrollo de la persona.
Digo mental, porque nuevamente se los puede materializar en un contexto, el social, dotándolos de operatividad efectiva o no efectiva.
Autoestima
Dentro de la la teoría de las inteligencias múltiples aparece la inteligencia emocional, en la cual se enmarca el concepto anterior y más antiguo de autoestima y de control emocional.
La autoestima como valoración personal de nosotros mismos, que indicaría un grado de satisfacción sobre como uno mismo está.
Dicho sea de paso el concepto madurativo del self, del yo mismo, implicaría el desarrollo del concepto de autoestima.
La vinculación, junto con otros factores determinantes, entendida como apego iniciado en la más temprana edad infantil resulta crucial. Pues es en esos primeros momentos evolutivos tras haber nacido, cuando la cercanía a una persona, normalmente las madres, se hace vital , notoria y trascendente para la criatura. De ese inicial apego al desarrollo de las demás relaciones sociales.
Relaciones sociales
Las relaciones sociales afectarán de alguna manera a la autoestima y viceversa. En un adecuado crecimiento o desarrollo personal la asertividad acompañará a la persona en todo momento de interacción social y en todo momento de autorreflexión lo hará la autoestima. El uno y el otro irán de la mano.
La acción o comportamiento de elogiar junto con otras estrategias, de destacar y dar a conocer a los demás lo positivo hará que se nos acoja, acepte e integre en otros círculos más allá del entorno familiar.
Si se aprende a ver lo bueno o elogiable del otro u otra, la actitud personal será más proactiva para con las demás personas, y a su vez estas harán que nos podamos llegar a sentir mejor. Es un simple intercambio de favores o refuerzos.
A estas alturas del tema en cuestión aparecerá el concepto de autocontrol emocional. Pués si tantas cosas personales como sociales dependen de lo explicado en nuestras vidas entonces habrá que pensar en que deben de ser regulable los sentimientos para que las interacciones sean a su vez efectivas y redunden en la autoestima personal.
¿Qué entenderemos por autocontrol emocional?
Es una estrategia de regulación personal.
La regulación se hará sobre pensamientos, comportamientos y sentimientos flexiblemente y en todo momento.
Y tiene un carácter adaptativo al entorno, en tanto que permite la adecuación del individuo a su contesto particular.
Se puede desarrollar en la práctica y a su vez la misma estrategia puede variar entre contestos.
El lenguaje y el apego son claves del manejo de esta idea, el primero nos da seguridad y el segundo las claves de la regulación interna/externa de la persona.
Efectos del bajo autocontrol emocional:
Problemas de inmadurez.
Problemas de relación con las personas.
Dificultades de aprendizaje.
La regulación se adquiere con la práctica, al igual que la autoestima mejora con la actuación hacia metas competenciales eficientes.
¿Cuál es el proceso?
Reconocimiento de las situaciones estresantes o emocionalmente negativas. Que generan estrés detectable como la ansiedad en diferentes y particulares partes del cuerpo.
Pararse a pensar, relajarse y prestar atención al tema de conflicto hará ahorremos tiempo, cual es el problema a solucionar.
Tomar decisiones sobre cómo, cuándo donde y con quien actuar.
Si consideras que tus hijos pudieran presentar dificultades de este tipo no dudes en llamarme Psiquiastur – Psicólogos Gijón