
Continuando en el mismo punto que la semana pasada y desde hace aproximadamente cinco semanas las personas de este país tan querido por todos, aunque de forma peculiar, permanece confinado.
EL tiempo de cuarentena tiene una dudosa duración, aunque en pro de la eficacia, parece necesario y esto nadie lo discute.
Pero nos trae problemas a todos
A las personas en particular, a las parejas y familias, a los gobiernos, a la economía en general. Problemas producidos, para conseguir, en primer lugar, que el sistema sanitario no se quebrante. En segundo lugar, se entiende, que para proteger a las personas. Parece que en un año se pueden morir quince mil personas de una gripe digamos normal, si es que lo son. En dos meses escasos, se han muerto dieciochomil personas. Casi me quedo solamente que el objetivo es el de proteger el sistema sanitario.
Este dato de fallecimientos, más el de tiempo de confinamiento, más el de cómo será la incorporación a la vida normal, más que será de los puestos de trabajo, más la información sobre la crisis económica desde esta semana planteada abiertamente, más la educación en manos de las distintas autonomías, yéndose a mínimos (aprobado general enmascarado) y con un funcionamiento mediocre (quienes tienen críos lo viven) y más los intereses sectoriales de nuestros políticos siempre en campaña ofreciendo el espectáculo diario de la desunión, de no ponerse de acuerdo y donde la informalidad, la falta de educación y el desdecoro se enarbolan como avances de libertad, de decir todo lo que se piensa como si eso fuera libertad, hacen ingobernable, como no sea a golpe de decreto, al país en crisis.
La convivencia
Por ende a sus principales actores los españoles. Que además ven como repetidamente los personajes mediáticos, modelos por su rango de públicos, se saltan a la torera lo que el resto debemos de soportar, estar confinados.
La perspectiva
Con esta perspectiva todo el día visionada en nuestra tv, las personas esperan aplaudir a las siete treinta de cada día a todas aquellas personas que les salvarán en caso de contraer el temido coronavirus, ahora también llamado” la coronavirus”, porque en estos términos se mueve la política.
Esperan a que pase el tiempo, y descubren que cada mañana todo sigue de igual manera.
Comienza a generarse la incertidumbre, que no es ningún síntoma, sino una sensación personal que nos aboca al miedo. A mayor incertidumbre mayor. Con esta sensación aparecen los primeros síntomas de estrés, que se cronifican en el tiempo y originarán ansiedad. A mayor tiempo de confinamiento mayores síntomas de estrés. A la par el mal humor o la variabilidad en los estados del humor, las obsesiones por mantener un orden, la dejadez, la desazón por no saber qué hacer en esos momentos, el insomnio o algún tipo de trastorno del sueño, el apetito desmedido, y los enfrentamientos entre los miembros de la familia se producen dentro de esos habitáculos cuasi jaulas donde desde la crisis anterior se ha decidido meter a las personas para que disfruten del bienestar social y sentirse al nivel imaginado.
Resileincia
La resiliencia, como concepto definitorio del aprender a afrontar las situaciones difíciles, define nuestra necesaria actitud frente al momento de aguante sin final previsto ante lo que está ocurriendo.
Para ello quedan pocas alternativas comportamentales que gobiernen la actitud de mantenerse a flote o al menos de que la situación nos afecte lo menos posible.
Una de estas actitudes es la capacidad de convivir manteniendo la máxima serenidad de la convivencia en este contexto clínicamente desencadenante de problemas personales y sociales.
Para mantener unos mínimos de convivencia aceptable y no mórbida, se precisa de acuerdo de entendimiento y de compromiso.
El comportamiento
Por cierto, en el apartado social nuestros políticos, modelos públicos de vida, ideólogos gestores del bienestar, ¿están siendo capaces de acercarse, pactar y velar por la unión ¿ o por el contrario el estrés situacional les está llevando al enfrentamiento y el revanchismo y por tanto a la deriva de la crisis y de la personas? Más bien creo que se da esta segunda situación.
Las personas incluida la clase política, solo saldrán de este situación con comportamientos altruistas, colaboradores y por tanto de pleno acuerdo.
Para mantener ese tipo de comportamientos es necesario mantener un orden interno que solo se dará cuando tengamos un orden externo. Es decir que si cada uno de los miembros de la familia organiza primero su día a día y segundo el día con el resto se iniciará el camino de la actitud adecuada. En la medida de que consiga mantener los objetivos personales se sentirá satisfecho del día a día y se podrá entonces participar del día de los demás miembros. Las situaciones de desacuerdo y estrés se darán con menor frecuencia.
Los pactos
Segundo, pactemos las tareas y actividades a realizar en familia o en pareja, aquí aparecen los intereses, las innovaciones, los juegos, el retomar cuestionas olvidadas en el tiempo…
Pactemos el momento en el cual poder hablar de cómo estamos, de los incidentes familiares o de los cuestionamientos por la razón que tengan que ser realizados.
Cuarto valoremos al final del día o al inicio del siguiente, como estoy, como ha ido el día, que cosas me propuse y he conseguido, que cosas debería de retomar o que cuestiones mejorar o cambiar para tener un buen día y una buena convivencia.
Pactar mantener un orden estructural. Es decir mantener las comidas básicas, si se puede en familia o al menos unas de ellas, si puedo hacer algo de deporte, dormir las horas mínimos para descansar, y ver qué actividad se puede realizar para mantenernos concentrados durante un tiempo en lo particular, aquí entran trabajo, hobbies, más deporte, …
Sesto en definitiva estamos haciendo aportaciones a la serenidad, y cuando surge el momento y nos interesa solicitamos cambios que se ajusten a los intereses a modo de feedbak . Solo así los compromisos se mantiene en el tiempo pues posibilitan cambios y a justes que mantiene unidad.
Os garantizo que si esto lo hacéis tal cual adaptado a vuestro entorno la vida en confinamiento será más llevadera por cuanto que los conflictos disminuyen y la sensación de sosiego es más presente y real que el miedo por agotamiento e incertidumbre.
Hay cosas que han llegado para quedarse y de eso hablaremos en los próximos comentarios.
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