Infancia y nuevas tecnologías. Psicología infantil.

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Infancia y nuevas tecnologías

Entre los seis y los doce años.

Con anterioridad a esta etapa,  de los tres a los seis años:

-Aparece la adquisición y desarrollo del lenguaje.

– Con lo que los niños y niñas comienzan a manifestar sus preferencias de forma más precisa.  Aunque aún perduren en el proceso de aprendizaje, los hechos frente a las palabras.

-Por lo que el aprendizaje comportamental de cualquier tipo, se va modelando progresiva y mecánicamente, y se van introduciendo en la normativa habitual de la familia, la escuela, el juego, y todo lo que se relaciona con el desarrollo personal y social.

 Lógicamente tiene mucho que observar, adquirir y desarrollar como para dedicarle tiempo a las tecnologías. Aunque demasiados padres y madres influidos por el marketing de las grandes tecnológicas se empeñen en desdramatizar sobre el uso de las mismas iendo hacia el permisivismo con el mito de la estimulación temprana. Cuando en el fondo solo son útiles para entretenerles y que les dejan en paz. En estas edades, se debe de pasar tiempo jugando con los hijos e hijas, que es como verdaderamente aprenden. Tiempo de calidad suele decirse.

Cuando alcanzan la edad comprendida entre los seis y los doce:

– La situación cambia, el lenguaje es más refinado, sus gustos más definidos, los amigos aún escasos y los padres en plena etapa de desmesurado trabajo.

-Los hijos pasan a necesitar entender y por lo tanto nosotros enseñarles a razonar, sopesar valorar y decidir. Ardua tarea cuando aún queda por delante la difícil preadolescencia de los diez a los doce y la adolescencia. Posiblemente para toda su vida, si la educación continúa por estos derroteros.

-Estos momentos difíciles por cuanto que las emociones aún no están suficientemente reconocidas ni controladas y superan en las decisiones al razonamiento. O cuando menos lo coaccionan. Son trascendentes en todo y en concreto para el empleo de la tecnología enmarcado en la ocupación del tiempo, del saber aburrirse, y del disfrutar de las amistades y del juego normal. Las nuevas tecnologías en su apartado negativo facilitan el aislamiento social, la ira desmedida, la cortedad de miras, los caprichos, el no valorar el esfuerzo y en definitiva crear una vida futura aislada del adecuado comportamiento responsable y prosocial.

-Es un momento de equivocarse para ellos, de ensayo y error en el aprendizaje. Que de no darse no facilitaría el desarrollo personal e individual, algo a hablar en el próximo artículo.

Se debe de favorecer:

-El diálogo justo, hay cosas que no tienen comentarios,  por ejemplo pedir salir por la noche con diez años, no merece  comentario alguno.

-Favorecer la autonomía, lo que puedan hacer que lo hagan, y que se exijan un poquito.

-Utilizar el elogio como estrategia ante los logros, favorece el mantenimiento de acciones adecuadas y siempre adaptativas.

-Favorecer el conocer situaciones, personas y por tanto tener experiencias. Sobre todo con otros críos o crías.

-Evitar posturas educativas ansiosas, sobreprotectoras o rígidas. Es decir adaptarse en todo momento a cada situación.

– Emplear la motivación como forma de crecimiento, de ahí probar y conocer constantemente. Evitando la sobreestimulación.

¿Qué hacer ante la entrada masiva e imparable de la tecnología en las vidas de los hijos y de las hijas?

Entran a través del juego con “aparatajes recreativos” bien por influencia de otros compañeros y o bien por los propios padres ya educados en estos juegos.

-Queda la aceptación de alago inevitable con el argumento de ser bueno o positivo para el actual aprendizaje de los hijos. Y queda el compromiso mientras se es padre en estas edades, de fomentar un uso responsable de las mismas. A sabiendas de que casi siempre se irán de las manos las normas pactadas y por tanto los tiempos, momentos y tipos de juego utilizados con estas tecnologías.

– Sobre todo con los actuales de tipo online, juegos colectivos. Ante este fenómeno muy estudiado por los grandes productores, solo queda el control. El simple diálogo parece con besugos.

-Control del historial de navegación.

-Filtros temáticos. A que contenido no pueden acceder.

-Tiempo de visualización, se habla de no más de dos horas por día. Sinceramente es demasiado tiempo desconectado de la realidad.

-Objetivo de la visualización, para que navegamos, para que juegan,…

-Tipo de juego. La identificación con los personajes, los héroes y los villanos del juego favorecen la adicción.

-No soportar la presión de los críos y finalizar dejándoles jugar todo lo que quieran.

-Ofrecer alternativas desde los seis años al juego compulsivo. Ampliando o dando la posibilidad de adquirir valores propios del deporte , la vida sana, la buena compañía.

-Sentar precedentes que cuando no hago nada se pueda ver la tele, navegar o jugar son la alternativa, sientan la base de no saber aburrirse, y de restringir la posibilida de diversión hasta solo jugar todo el día con un juego determinado.

Si desde un principio se determinan como con que y cuanto no habrá problemas en el empleo de tecnologías de manera recreativa.

Si no respondemos adecuadamente a estas cuestiones no pasará  mucho tiempo hasta que recurramos a un profesional para un intento de solución. Pues la adicción será clara.

Los cambios son muy posibles en este tipo de problemática pero suelen darse bien en edades tempranas y guiados por un profesional de la psicología.

No dudéis en contactar si os encontráis en alguna situación de las descritas.

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