Psicología y salud.

trastornos mentales - Psicología y salud.

Aún hoy, en pleno siglo XXI, la asistencia a terapia, el propio concepto de la psicología y el trabajo del especialista psicólogo, son temas controvertidos.

 Las personas, en general, demandan cada vez más este servicio, pero con cierto aire de sospecha, bajo la creencia de ser inútil, para locos y de charlatanes. Menos mal que la antigua idea sobre nuestra consideración, esa de “eso lo hacían antes los curas”, se ha perdido casi por completo. O eso creo.

Las personas siguen valorando para mi entender y necesidad que la psiquiatría está por encima de la psicología, de hecho la organización estatal de salud siempre coloca al psiquiatra  o médico de familia incluso como derivador al psicólogo, como si este fuera un enfermero  del servicio asistencial público, será por que dedica tiempo y empeño en la atención terapéutica.

Necesidad de la psiquiatria

El propio concepto de psicólogo clínico, pudiera llevar en este sentido a esta subyugación socio laboral. El propio obrar de muchos compañeros  compañeras de profesión ayuda también a este concepto erróneo o manera de entender la labor del psicólogo o psicoterapeuta. Realizar evaluaciones y etiquetar personas, aconsejar o mejor pautar bajo el seudónimo de experto o experta y con enfoque positivo comportamientos e incluso pensamientos, o la baja especialización real, por que dicho sea de paso que por formación no quede los masters reciclajes, talleres y afines en todo cv de un psicólogo son abrumadores. Pero las horas de navegación, de profesión escasean. Y si algo precisamos son experiencias de trabajo y de vida.

No hacen más que deteriorar la imagen de esta saludable profesión para todas las personas.

La idea de ser los loqueros viene de  la psiquiatría. La psicología en el empeño de conformarse como una disciplina científica potente y se rige por los esquemas más al uso de la medicina y de la psiquiatría, hasta el punto que carecen de un manual de clasificación propio y más acertado que el CIE 10 o los distintos DSM, absolutamente regidos por esquemas médico clínicos (salud).

Diagnóstico psicólogico

En realidad ajustar un diagnóstico psicológico a cualquiera de estas clasificaciones es tarea ardua pues la conceptualización genérica medica no ayuda en la terapia psicológica. Los síntomas son indicativos de muchos posibles problemas y a su vez es difícil tratar con trastornos puros, más bien se presentan en grandes bloques,  luego está el tema de lo educacional, fruto del aprendizaje frente a la genética, y de ahí se cuela la neuropsicología  que cada vez más se aleja de la tradición psicológica aceptando el funcionamiento cerebral  o del sistema nervioso en general como determinante de todas las conductas de lo humano. Claro la idea es poder conseguir medicamentos que se puedan vender a un alto precio.

La psicología no precisa de medicación en su mayoría para mejorar la salud. Siempre que se centre el trabajo en lo comportamental en el contexto y en el aprendizaje. Pues esto es lo que un psicólogo cínico, un psicoterapeuta, …. Puede abordar. De los mentalismos se ocupan los médicos psiquiatras y los psicoanalistas, de lo físico mental los psiquiatras y la neuropsicología, pero de lo educativo, lo relacional, de los pensamientos, de las necesidades, y de los comportamientos en general los psicólogos  hoy día llamados clínicos.

Cuanto más observable mejor para trabajar el cambio.

Los cambios se provocan ya en el despacho, “los pacientes comentan cuando salgo estoy relajada y veo claro lo que he de hacer”, luego vendrá el problema de la generalización del aprendizaje. ES decir cómo se utiliza en otros momentos lo aprendido en sesión. Algo importante para un terapeuta es evitar decir que hacer y mejor conseguir que las personas descubran que  estrategia y como aplicarla en cada momento.

La empatía se hace viral en un despacho psicológico, sin ella no hay paciente y no hay cambio posterior en este.  A su vez los pacientes aprenden imitando, viendo la empatía también hasta descubrir su estilo. Los cambios comienzan en ese momento de encuentro paciente terapeuta, y se interiorizan en los entornos propios del sujeto. De fuera a dentro. Siempre filtrados por los valores y necesidades que como en toda buena sesión deben de aflorar. Pues las estrategias serán de interés y  utilizadas en función de estas.

El psicoterapeuta te ayuda en la mejora personal, busca contigo lo mejor que tengas, te orienta con tus capacidades y te motiva a seguir adelante con cambios vitales o trascendentes para tu vida, pero no te dice lo que has de hacer o el cómo hacerlo, esas indicaciones serían útiles para el terapeuta pero no siempre para la persona ayudada.  El psiquiatra te dice en le mejor de los caos lo que tienes, te receta medicación y convence para que el milagro te solucione el problema. Cuando el tiempo pasa entonces es que “eres crónico “. Todo está determinado por la ciencia bioquímica. En la psicología el terapeuta se bate con tus problemas para encontrar soluciones. Ahí entra entonces el tipo de formación o de orientación para ayudar en psicología y en la salud.

El tratamiento lleva tiempo, aunque también existen terapias breves con resultados. Pero eso es algo que debería quedar de la mano del terapeuta, decidir cuándo comenzar a pensar en dejar las sesiones o cuando comenzar a distanciarlas. Si bien la realidad de los pacientes se imponen. Las recomendaciones y pautas del cómo salir, al más puro estilo de la autoayuda, sirven de poco más que en alguna ocasión tranquilizar a las personas pero no generan por lo general cambios. Eso es hacer literatura pero no terapia.

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