Nuevamente el cine comercial nos conecta con la realidad mental y clínica de algunas personas, trastorno obsesivo compulsivo en este caso. El director Vicente Villanueva, huyendo del consabido psicópata se adentra cómicamente, en otro trastorno. En su película “TOC-TOC”, de este mismo año y de reciente estreno.
El TOC o trastorno obsesivo compulsivo, es un trastorno psicopatológico con diversas intensidades y formas, que se caracteriza por un miedo al daño personal o al contratiempo. Por ejemplo a:
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tener un accidente,
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padecer una enfermedad,
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sufrir una muerte en su entorno,
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contaminarse ….
Miedo que les lleva a desarrollar comportamientos alternativos, que no racionales, con el vano intento de disminuir la presión que ese miedo les induce.
Generan de esta forma rituales de comportamiento repetitivo, que les interfiere y ocupa en gran parte de su vida normal (tanto en lo familiar, laboral como a nivel social o relacional ). Conocida es la persona que:
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lava repetidamente sus manos tras haber cogido una bolsa de su propia basura,
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ha de saltar las escaleras de dos en dos o
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saltarse el color de las baldosas de la acera al caminar
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Bien para que una idea no se produzca o bien para remediar el error.
En cualquier caso para reducir los niveles ansiosos producidos por el miedo o temor.
Dicho sea de paso este concepto ya había sido ligeramente perfilado en el siglo XV por monjes de la época. Hasta evolucionar al actual desarrollo de su conceptualización.
Clasificación:
Normalmente se la ha incluido dentro de los trastornos de la ansiedad (DSM-IV, Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos Mentales) o neuróticos secundarios a situaciones estresantes y /o somatomorfas (CIE-10, Trastornos Mentales y del Comportamiento).
Si bien en la última edición del primer manual, ahora DSM-V, este trastorno se le incluye dentro de un grupo con su propia entidad incluyendo otros como:
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la tricotilomanía,
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el de acumulación (de concreción nueva) ,
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la excoriación de la piel y
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el dismorfismo corporal( también nuevo en la clasificación).
Clasificación denominada en este Manual bajo el título: Trastorno obsesivo compulsivo y trastornos relacionados, (300.3).
Definición:
En el trastorno obsesivo compulsivo nos encontramos con personas de ambos sexos casi por igual y de distintas edades. Que presentan miedo irracional de tipo obsesivo. En forma de pensamiento, imagen o impulso recurrente y que no son deseados, sino más bien molestos. A la par se desarrolla un comportamiento compulsivo para librase del temor o disminuir la ansiedad que le genera el miedo.
A corto plazo, ciertamente, con la instauración de ese ritual compulsivo, se reduce la ansiedad del miedo o idea recurrente, pero en el tiempo queda sencillamente instaurada como un hábito en el comportamiento de la persona y no reduce la ansiedad.
De esta manera, también afecta a los familiares cercanos. Los cuales, a su vez entran a formar parte del ciclo obsesión-compulsión, pues van cediendo a ese hábito también ellos.
Tras coger la bolsa de basura, rápidamente le viene a su cabeza el temor a contaminarse o infectarse con alguna extraña enfermedad, inmediatamente recurre al lavado abrasivo y repetido de las manos o de todo lo que haya tocado la bolsa, incluso hasta que en el tiempo no puede salir a tiempo de casa , pueden sangrarle los nudillos, escamar la piel de tanto jabón,…Momentáneamente esto le baja el nivel de ansiedad producido pero en el tiempo será un incordia en la vida diaria, afectará a varios comportamiento habituales ( dar la mano, abrir un contenedor, ir al baño…) y vivirá conforme dicten sus miedos.
Los pensamientos obsesivos son intrusivos respecto de la voluntad de la persona; a su vez son repetidos en tanto que frecuentes; son irracionales; interfieren en pensamientos y comportamientos de las personas que los sufren; y son de difícil rechazo para los pacientes.
Esos comportamientos pueden ser físicos y visibles pero también cognitivos del tipo contar hasta determinado número, o rezar).
Siendo los rituales (compulsiones) más frecuentes los de orden, limpieza o comprobación. En el primero como ejemplo, se dedicará a organizar su mesa de trabajo antes de iniciar cualquier actividad; en el segundo lavará las manos repetidamente; y en el tercero revisará su maletín varias veces hasta tranquilizarse antes de ir al trabajo.
Las creencias más frecuentes del TOC, con carácter disfuncional para la persona, suelen ser de varios tipos: La excesiva responsabilidad, con carácter preventivo y de cara a evitar que algo suceda, les hace sentirse muy culpables de los hechos; Los pensamientos se hacen muy importantes, si están ahí es porque lo son luego han de priorizarlos y hacerles caso; la creencia de poder y deber controlar los pensamientos; Gran dificulta para superar las incertidumbres, lo nuevo, lo ambiguo y los cambios se llevan mal; y finalmente, el perfeccionismo en las acciones, la necesidad de hacer todo bien y de no errar, siendo muy críticos con ellos mismos.
Aún sabiendo que esto no le soluciona el problema de su temor, continuará realizando estos comportamientos en espera de mejores momentos y sin darse cuenta que siempre irá en aumento dicha actividad y o ampliándose a otros temores y rituales.
No se han de confundir estos pensamientos intrusivos disruptivos, con los pensamientos intrusivos normales en la población no clínica. Todas las personas tiene cantidad de pensamientos intrusivos pero no generan igual malestar psicológico o incapacitante. Es sabido que cuanto más se intente “sacar” el pensamiento, paradójicamente más difícil se hará eliminarlo.
El caso de la superstición está más ligado a las compulsiones de comprobación por la falsa idea de control. Realizando determinado comportamiento, piensa que podrá evitar determinado problema temido. No deja de ser un comportamiento mágico en esencia.
Destacar que habitualmente se refieren al trastorno obsesivo compulsivo como manías, pero que estas tienen clínicamente hablando, otro origen, otro curso y otras complicaciones totalmente distintas. Pues se refieren a alteraciones anímicas y comportamentales de carácter expansivo y serían lógicamente otro tipo de trastorno.
Los datos sobre la prevalencia de este trastorno se sitúa entre un dos y un tres por ciento de personas afectadas. Sin que exista una notable diferencia entre sexos. Incluso existe una relación inversa entre matrimonio y gravedad del problema, en tanto que existen más personas con trastorno obsesivo compulsivo solteras que viviendo en pareja. Suele iniciarse en edad temprana, sobre la etapa final de la adolescencia mayoritariamente. Suele iniciarse de manera más aguda en mujeres y teniendo una evolución gradual. Pudiendo existir acontecimientos precipitantes. No suele ser frecuente la total remisión. Las recaídas pueden ser causadas por depresión, ansiedad, cansancio y darse de nuevo las situaciones que precipitaron la aparición. En algún caso puede ser incapacitante.
Tratamientos TOC
En el planteamiento de estrategias que minimicen e intenten soluciones para este tipo de trastornos hemos de plantear objetivos a conseguir sobre todo a medio y a largo plazo siempre ajustados a la situación personal de la persona.
A corto plazo y medio plazo:
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El reconocimiento del paciente sobre lo que le está ocurriendo (sintomatología y situaciones). Historia del problema.
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Trabajar las ideas y compulsiones que forman eje fundamental del problema TOC (un intento de entender y racionalizar desde punto de vista alternativo las obsesiones y el tipo de rituales utilizados. Re-estructuración cognitiva.
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Realizar sistemáticamente exposiciones, evitando la realización de rituales posteriores que el paciente considera falsamente sanatorios.
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Preparar al paciente respecto de las posibles recaídas. Plan de prevención de recaídas.
A largo plazo:
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Reducir frecuencia, intensidad y duración de aparición de ideas obsesivas. Se incluyen estrategias para ello.
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Llevar a delante una vida lo más normalizada posible.
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Resolver e identificar elementos estresantes de la vida o personales que le llevan a desencadenar las compulsiones.
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Aprender a actuar conforme plan definido ante las recaídas y puesta en marcha de estrategias que han funcionado anteriormente durante el proceso de recuperación.
En “Terapia Breve” se podría centrar el problema en la recuperación del autocontrol. Es decir, en tener el poder sobre si mismo. A través de la externalización colocando a la obsesión como un enemigo a vencer. Bien sea intentando hábitos alternativos a las compulsiones introduciendo variantes en el hábito adquirido, o realizar la compulsión voluntariamente, o aceptarlas sin más en espera de su ineficacia o focalizando la atención en otras actividades que distraigan a la persona.
Como cualquier trastorno una vez tomada conciencia de su existencia, resulta doloroso incapacitante y fatigoso.
No dudéis en consultarlo y ver realmente de lo que se trata.
Permaneciendo dentro del área de confort solo se agravará el problema haciéndolo perpetuo. Se evitará el cambio que permita dejar atrás esos síntomas y crecer como personas.
Si necesitas que sigamos hablando del trastorno obsesivo compulsivo, en psiquiastur estamos un equipo de psicólogos en Gijón con experiencia para poder ayudarte. No dudes en llamar.
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